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Durante todo este curso estaremos inmersos en una celebración muy especial: el centenario de la conversión de Ignacio de Loyola. Este comenzó el pasado 20 de mayo, fecha en la que hace 500 años un cañonazo en Pamplona dio un vuelco a su vida.
Por ello, durante todo este año acompañaremos a Ignacio en todo este proceso, en las etapas de un camino que transformaron profundamente su vida y nos impulsan a transformar las nuestras:
¿Te atreves? |
¡Atrévete!
Curso 2021/2022 |
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Nuestra campaña gira siempre en torno a una parte del libro de los Ejercicios Espirituales que el mismo Ignacio escribió: La Meditación de dos banderas.
Esta meditación y su conversión, están fuertemente unidas. Existe una analogía entre el camino que recorrió Ignacio y el que va de una bandera a otra en esta meditación.
Acompañémosle durante el curso para ver y vivir en qué consiste estar bajo cada una de esas banderas.
Ignacio, antes de su conversión, sólo buscaba riquezas, fama y destacar por encima de todos. Estas 3 cosas definían la bandera para la que vivía. Sin embargo, el cañonazo que sufrió pondrá todo eso en cuestión, y empezará, poco a poco, a descubrir un nuevo camino.
La convalecencia le llevó a pararse, y a descubrir en su interior deseos más profundos, que le hacían sentirse atraído por otro tipo de vida, por "otra Bandera".
La lectura de vidas de santos le impulsaba a querer imitarlos, deseaba vivir una vida sencilla, más entregada, más humilde… Sin tantas cosas, ni famas, ni riquezas. Se daba cuenta, además, que los nuevos deseos le dejaban un ‘consuelo’ que le duraba más tiempo que los otros. |
Descubriendo el lenguaje con el que Dios, al que descubría como maestro, le hablaba en esos momentos. Dejándose llevar por esos movimientos internos se atrevió a dar un cambio radical en su vida.
Dejó su casa en Loyola y se hizo peregrino, atraído por el amor a Dios y al prójimo se puso en marcha, porque ésta era la nueva Bandera bajo la que quería servir y vivir.
Algunos momentos del camino no fueron fáciles, debatiéndose en una fuerte lucha interna. Pero confiando en Dios y abriéndole el corazón a personas en las que se dio cuenta que podía confiar fue venciendo las dudas, la culpabilidad y los obstáculos. Todo ese camino, el que hizo con sus pies y el que recorrió su corazón, le llevó a vivir un momento muy especial, en que su mirada cambió, vio todas las cosas nuevas, contempló la realidad con otros ojos, con los ojos de Dios. Eso le llevó a ver nuevas todas las cosas en Cristo. Esto le dio un impulso todavía mayor para continuar su camino y seguir a Jesús bajo su bandera. La vida de Ignacio nos sigue inspirando, nos interpela y nos abre a una Voz que a nosotros también nos dice:
¡Atrévete!

Ver la presentación de las líneas de fuerza para 2021/2022
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